Ayer es historia, mañana un misterio, HOY ES UN REGALO
El otro día leí una frase típica, algo así como: “Para de desear lo que no tienes y empieza a amar y valorar lo que sí tienes”. Suena a tópico, muy a lo “la belleza está en el interior” de la Bella y la Bestia, ¿no? Pero es una gran verdad.
Cuando estaba enferma me pasaba los días –y los años, muchos años- deseando pasar página; mi vida era un reto, una serie de objetivos a los que les ponía fecha, y luchaba por conseguirlos, y los conseguía, y nuevamente esperaba seguir adelante.
“El año que viene el piso que alquilemos será más grande” o “Qué ganas de que llegue el verano que viene, nos vamos de viaje a…” o “Cuando tenga una talla menos iré al gimnasio”. En fin, creo que entendéis lo que quiero decir. ¿Y qué pasaba con el PRESENTE? ¿Qué hay del PISO que tenía en ese momento; del INVIERNO anterior a ese verano; de la TALLA normal que ya tenía? No existían. Para mí, antes, solo existía un pasado por el cual fustigarme y un futuro que imaginar, dos vías perfectas para no quedarse quieto y enfrentarse a un presente maravilloso, que probablemente no lo era debido a la enfermedad.
Pero os digo una cosa, aunque siga disfrutando poniéndome metas, no hay nada más gratificante que vivir el presente. Y sí, os puede sonar de nuevo a tópico, pero llevo pocos años sintiendo esta maravilla que para algunos puede sonar tan lógica. Levantarse y pensar: “joder, soy feliz”. Ya sabéis que me encanta la meditación, y me ha ayudado mucho a centrarme en ese presente, por eso me levanto siempre dando las gracias por todo lo que tengo. Abro los ojos y me quedo unos minutos en la cama pensando en lo agradecida que estoy por tener a mi pareja, a mi familia, a mis amigos, el trabajo que me gusta, estar estudiando lo que me apasiona, etc. Os parecerá una tontería, pero aunque esté mal por el motivo que sea, porque la vida está llena de días difíciles, empezar mis mañanas con esa pequeña rutina me llena de energía, me hace sonreír y esa sonrisa me acerca más al presente.
Con todo esto os quería hacer reflexionar. Pensad si os pasáis el día pensando en lo que ha ocurrido o en lo que queréis que ocurra. Yo llegué al extremo de anticipar conversaciones, iba andando por la calle pensando en cómo le contaría a alguien cualquier cosa que me acababa de ocurrir, en qué diría, pensaba en su respuesta incluso. Anticipaba absolutamente todo, intentaba controlar el futuro y eso me creaba una frustración inmensa de la que no era consciente. ¿Cuántas cosas maravillosas me habré perdido por estar metida en un mundo de control tan exagerado? El presente dura lo que cada segundo, y es lo único importante, quiero que lo recordéis bien, porque estando enfermo ese presente se ve ahogado por millones de pensamientos negativos.
Os dejo con un montaje que he hecho yo, porque cuesta mucho encontrar imágenes inspiradoras con frases en español, y esta me gustó tanto cuando la leí en inglés que he querido traducirla =)